Puede sonar drástico al principio, ¡pero es verdad! Tu silla de oficina maneja una agenda asesina y cuando termine contigo, esperará pacientemente a su próxima víctima. Lo pérfido del asunto es que la silla de oficina no te ataca con armas de fuego o cuchillos, sino que usa un método que duele y mata como casi ningún otro: sentándote.

Signo número 1: tu silla de oficina tiene respaldo. ¿Tu silla de oficina tiene respaldo? ¡Entonces debes ponerte inmediatamente de pie! Al contrario de la opinión generalizada, de que un respaldo alivia la tensión en la espalda, hace más daño que bien. Porque si tu espalda no tiene que sostenerse de forma independiente, los músculos de la espalda se atrofian y duelen en la columna vertebral. La musculatura se preprograma a una condición debilitada que te acompañará, en el peor de los casos, hasta el final de tu vida.

Signo número 2: el asiento es rígido. Ya lo sabes tú. Te sientas y piensas por un momento «Ah, hermosa». ¿Y qué pasa entonces? Ya te lo digo yo: ¡nada! Una vez que te sientas en un asiento rígido, no te mueves durante horas. Esto envía una señal a tu cerebro: «Deja de pensar, hoy no pasará nada». Si permaneces en una posición durante mucho tiempo, el cerebro está tentado a apagarse. Y con ello, la capacidad de concentración sufre, y en la vejez, incluso todo el cerebro, la palabra clave es demencia y Alzheimer.

Signo número 3: debes adaptarte a tu silla de oficina. Sí, por supuesto, puedes subir y bajar tu silla de oficina. ¿Pero más allá de eso? Muy pocas sillas de oficina te permiten ajustarla a tu peso o libertad de movimiento. Al contrario, lo que significa que eres tú quien debe adaptarse a la silla de oficina, y lo único que puedes hacer, es perder. Las personas se vuelven infelices y cansadas de la vida si nadie se ocupa de sus necesidades.

Signo número 4: tiene reposabrazos. ¿Siempre quisiste saber qué se siente al estar encerrado? Pues consigue una silla de oficina con reposabrazos. Ésta te impide tomar posiciones alternativas en la silla de oficina. Además, los reposabrazos sirven como separadores no deseados de la mesa, lo que a su vez conduce a una postura incorrecta. Y, al igual que el respaldo, el reposabrazos alivia al cuerpo del trabajo de sujeción y lo debilita permanentemente.

Signo número 5: tienes que sentarte para trabajar. ¡Es un círculo vicioso! Tienes que ir a trabajar. Y si quieres trabajar, primero debes sentarte. Así te captura la trampa del asiento. Escapar suele ser difícil o imposible en muchas profesiones, tienes que sentarte. Y eso significa que estar sentado durante mucho tiempo te hace sentir cansado e indiferente, ¡y tu vida se reduce en un 20 por ciento con solo seis horas de sesión al día! Así que es hora de encontrar una nueva silla de oficina.

Así encontrarás la silla de oficina adecuada, asegúrate de esto:

  • la silla de oficina no restringe tu libertad de movimiento.
  • la silla de oficina te sigue, no al revés.
  • la silla de oficina tiene el menor respaldo posible.
  • la silla de oficina se convierte en un actor de reparto y no en una molestia importante.

Un ayudante necesario: Aeris Swopper.

Por cierto, tenemos sillas activas que no querrás matar. Una de ellas es la Aeris Swopper. Simplemente haz clic en la imagen para obtener más información al respecto.

Este texto está traducido directamente del blog propiedad de www.aeris.de | Consulta texto original aquí

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